Muchas veces me preguntaron si sabía lo que era lo que un ser te cambiara la vida. Parece algo repetitivo de película, eso de “me cambias la vida” o eso de “que sería de mi sin ti”, incluso han sido frases utilizadas por esos romances tóxicos, como manipulación y dependencia ¿Pero cuantas veces pasa eso realmente de manera profunda y sincera?
Seguramente es más fácil saber cuantas veces nos hemos enojado, cuantas hemos odiado, las veces en nos hemos frustrado o nos hemos sentido heridos. Es que pareciera que esos sentimientos catalogados como negros y oscuros los registramos de golpe, guardamos en la memora fácilmente y perduran en reacciones futuras, que también nos cambian… pero qué difícil es cuando hermosos y profundo, es más complejo percibirlos y disfrutarlos.
Hay personas que se te cruzan en la vida y te cambian hasta el nombre, hay otros seres que te cambian hasta lo que comes… es como volver a nacer, es sentir que se modificó la dirección del destino, donde registras que los planes al final no existen. Pero se entienden positivos porque no cambian tu esencia, simplemente sientes que esa identidad que te entregaron al nacer, eso heredado por tu padre y madre, que tiene que ver con darte el ser, que te hace sentir único entre millones y los demás lo reconocen… bueno ese ser no te arrebata, pero le agrega algo a tu vida algo que no tenías y que te hace sentir ser mejor que antes, saber que ese día que te levantaste, en un solo acto algo ocurre, que hace despertar otra esencia en ti. Seguramente estaba contigo y no estaba explorado ¿Quién sabe?
Pero lo complejo está en como disfrutar ese despertar, un odio o enojo lo podemos enfrentar de inmediato, posiblemente por instinto gatillado desde el medio, pero desde el amor nadie nos enseña y nadie lo explica, pero siento lo valioso que es sentarse a pensarlo y dejar simplemente que pase por nuestros cuerpos, nos ahogue en sentimientos y nos llene de energía sin dejar que se vaya… por lo menos hasta que en algún momento creamos entenderlo. Silvio Rodríguez ya decía que “Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”.